lunes, 15 de abril de 2024

SEMANAS SOCIALES


 una respuesta a las fracturas de la sociedad

 

FRAN OTERO

 

Revista Ecclesia, 15-4-2024

 

La XLIV Semana Social, en la que ya están implicadas más de 20 diócesis, pretender promover la cultura del encuentro y el diálogo en un contexto social marcado por la polarización y el enfrentamiento

Aunque la polarización y la crispación en nuestro país se perciben claramente si uno se acerca a los medios de comunicación o pone su mirada en el Congreso de los Diputados un miércoles a las 9:00 horas, lo cierto es que hay otras realidades que validan con datos esta situación. Por ejemplo, que la Fundación del Español Urgente (FundRAE) eligiese como palabra del año 2023 la polarización, o que entre los primeros puestos de los problemas de los españoles, según el CIS, se encuentren «el mal comportamiento de los políticos», «lo que hacen los políticos», «la crisis de valores» o «la falta de acuerdos».

 

Por eso, no es baladí que la XLIV Semana Social, la segunda edición con una nueva metodología, aborde la cuestión del diálogo. Un tema —El diálogo, camino para la Iglesia— que da continuidad a la semana social precedente, la de 2021, que abordó la regeneración de la vida pública con una llamada al bien común y a la participación.

 

La Junta Nacional de Semanas Sociales reconoce, en una guía de trabajo, esta realidad que, además, tiene varias vertientes. Pues hay una polarización socioeconómica, «en la que cada vez se abren fracturas dentro de nuestra sociedad»; otra de naturaleza política y cultural, que divide a la sociedad en función de grupos e identidades excluyentes; y también en el ámbito religioso, pues recogiendo el documento de síntesis de la Conferencia Episcopal para la etapa continental del Sínodo, señala que las mismas polarizaciones que se dan en la sociedad «laten en el seno de la Iglesia».

 

Y esta polarización, explica a ECCLESIA Jesús Avezuela, presidente de Semanas Sociales y director general de la Fundación Pablo VI, tiene consecuencias sobre el mismo diálogo, pues «o no se dialoga o se termina en un diálogo de sordos». En este contexto, el documento plantea cuál debe ser el papel de la Iglesia en la participación de una sociedad que dialoga. «Debería ir hacia el diálogo con el mundo que le toca vivir. La Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace coloquio», que diría Pablo VI, en palabras recogidas en la guía.

 

Más de 20 diócesis implicadas

Este planteamiento será abordado en las diócesis —ya están implicadas más de 20, aunque las que no lo hayan hecho están a tiempo de incorporarse— a través de seminarios de dos o tres días en los que pueden participar agentes de la pastoral social de la Iglesia y miembros de la sociedad civil. Las conclusiones serán presentadas en un encuentro nacional, que se celebrará en Valladolid el 8 y 9 de noviembre de este mismo año.

 

Así, los participantes en estas jornadas diocesanas pondrán en práctica ellos mismos un diálogo que exige condiciones y criterios para que sea real y verdadero. Por ejemplo, según explica Jesús Avezuela, un diálogo que busca la verdad y el bien común no exige la renuncia a la propia identidad, ejercita la escucha y se produce con tiempo, confianza y paciencia. Un diálogo que debe llevarse a cabo a nivel social, político, interconfesional, educativo y cultural, en el ámbito de la paz y también dentro de la propia Iglesia.

 

En las diócesis tendrán que responder a preguntas sobre las fracturas que se están abriendo de cara a la participación de todos, las divisiones y desencuentros tienen también su expresión en la vida cotidiana o el papel de la Iglesia para impulsar el diálogo en los distintos ámbitos. «La Iglesia tiene que salir a dialogar. No basta con tener seguridad en lo que decimos, debemos abrirnos. Es un lenguaje que está en sintonía con la encíclica del papa Francisco Fratelli tutti, con construir puentes en un mundo que vive entre la indiferencia y la confrontación», subraya Fernando Fuentes, director de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana de la Conferencia Episcopal Española, donde se integra Semanas Sociales.

 

Con esta nueva edición se consolida la nueva metodología incorporada desde la última edición, que incluye un trabajo previo a través de la Junta Nacional y de las diócesis, que, finalmente, se plasma en el encuentro nacional. Un foro que permite discernir, añade Fernando Fuentes, sobre cuestiones importantes, pero sin olvidar que «no es una agenda de problemas», sino una ocasión para que la doctrina social de la Iglesia los ilumine. Y para, concluye el presidente de Semanas Sociales, ejercer el diálogo que se propone.

domingo, 14 de abril de 2024

LOS PARTIDOS POLÍTICOS

 

     a 122 años

 

      Alberto Buela (*)

 

En la tranquilidad de en este tiempo que me toca vivir encontré en la biblioteca un viejo libro del autor bielorruso Moisés Ostrogorsky (1854-1921) sobre La democracia y los partidos políticos de 1902.[1]

Lo primero que llama la atención es la actualidad de sus planteos y la similitud de su discurso y el de nuestro presente,122 años después.

 

De lo poco que se sabe de su vida sabemos que estudió derecho en San Petesburgo; trabajó en el ministerio de justicia del Zar; viajó luego a perfeccionarse en París, Inglaterra y Estados Unidos, donde salió publicado el libro por primera vez; fue elegido para integrar la primera Duma luego de la Revolución de 1905 y abandona la vida pública cuando ésta es disuelta. Sobre las convulsiones políticas de la Rusia posterior nada se sabe sobre él. Murió en San Petersburgo, que ya se llamaba Leningrado.

 

Por su originalidad lo podemos comparar con los grandes estudiosos de los partidos políticos del siglo XX como Robert Michels, Gonzalo Fernández de la Mora, Max Weber, Giuseppe  Maranini, Maurice Duverger, Giovanni Sartori; Gianfranco Miglio o Dalmacio Negro Pavón. Pero no cuenta con la fama y las costosas ediciones de algunos de éstos.

Su idea principal es la llamada paradoja democrática según la cual la democracia está ausente en uno de los principales sujetos de ella: los partidos políticos. Tesis que ha sido reproducida en nuestros días por muchos autores sin mencionarlo.

Ya al comienzo del estudio afirma: “Un sistema electoral muy desarrollado no es sino un homenaje puramente formal a la democracia” (p. 26). Esta representación formal de los partidos políticos termina produciendo una camarilla, casta u oligarquía política, profundamente antidemocrática.

Su fruto es la contraproducción de aquello que afirman producir. En una palabra, los encargados de llevar a buen término a la democracia son profundamente antidemocráticos: “A los tipos de vileza que ha producido el género humano, de Caín a Tartufo, el siglo de la democracia ha añadido uno nuevo: el político” (p. 47).

 

En los partidos políticos no prevalece la razón democrática sino el uso de los sentimientos para ganar adeptos. El partido político es la escuela perfecta que está bajo el mandato del servilismo y la mediocridad.

Lo interesante de notar es que Moises Ostrogorsky no está en contra de los partidos políticos sino en contra de su desvirtuación, desnaturalización, de su falsificación en la democracia moderna.

 

Propone que los partidos políticos dejen de ser estructuras rígidas y burocráticas que perduran eternamente. Plantea la no necesaria permanencia de los partidos políticos en el tiempo, pues ellos no son un fin en sí mismo sino un medio, como otros más, en la construcción de una sociedad democrática.

Hay que notar que M.O. no reacciona ante la existencia de los partidos políticos como suele hacerlo el pensamiento conservador invalidándolos por su oligarquía, sino que busca su recuperación mediante su limitación temporal. Tienen que abrirse a la posibilidad de que existan partidos temporales en torno a las demandas particulares, lo que crearía una diversidad ideológica que hoy no tenemos.

Como vemos son propuestas actuales realizadas hace 122 años.

 

(+) buela.alberto@gmail.com

Arkegueta, aprendiz constante

 

 


[1] Hay traducción al castellano en ed. Trotta, 2008.

LA GUERRA DE UCRANIA

 

El general alemán Harald Kujat revela los entresijos de la guerra ruso ucraniana impulsada por EEUU

 

 STDP, abril 12, 2024

 

Seguidamente Stripteasedelpoder.com reproduce la conferencia que el ex Inspector General de la Bundeswehr, y presidente del Comité Militar de la OTAN, general alemán  de la Luftwaffe Harald Kujat, pronuncio el 17 de febrero pasado sobre el tema: “La guerra en Ucrania, la rivalidad de las grandes potencias y la autoafirmación de Europa”. Revelando en ella los entresijos de la guerra ruso ucraniana impulsada por EEUU, y los graves peligros de que ella se expanda a toda Europa definitivamente.

 

Considerando los intereses muy diferentes, la propaganda, la desinformación, si, incluso diría las mentiras que están entrelazadas en esta guerra, en esta guerra de Ucrania, y las complicaciones en Ucrania por muchos estados, pero también alrededor de Ucrania, a veces se tiene la impresión de que este es un nudo gordiano irresoluble.

 

Según la tradición, Alejandro Magno encontró la solución al nudo gordiano con la espada. Cortó el nudo que unía el carro del rey frigio Gordia, con las riendas de los caballos, y así comenzó su campaña de conquista en Asia Menor. Así lo cuenta la tradición a través de Plutarco. Pero hay otra tradición, que se remonta al historiador romano Lucio Flavio Arriano. Según esta, Alejandro desató el nudo mediante la vivacidad de su espíritu, al reconocer la función del clavo del yugo para la resistencia del nudo, y simplemente sacando el clavo.

 

Seguramente entienden por qué menciono esto aquí. Lo menciono porque la política occidental sigue el camino de la espada, sigue este camino, porque carece de lo que distinguió Alejandro Magno, la vivacidad del Espíritu. Es decir, reconocer que la clave en la guerra de Ucrania es una paz negociada.

 

Pero comencemos primero con una consideración de la situación geopolítica, para luego hablar más detalladamente sobre la guerra de Ucrania. El siglo XXI está marcado por el ascenso de China como potencia económica militar mundial y por la rivalidad de las grandes potencias. Es decir los Estados Unidos Rusia y China.

 

La guerra de Ucrania ha desencadenado una nueva dinámica en la relación de estas grandes potencias, también en su rivalidad. Pero también ha creado claridad en un caso importante: solo China y no Rusia está en posición de reemplazar a los Estados Unidos como la principal potencia mundial.

 

La actual estrategia de seguridad nacional estadounidense confirma mi evaluación de la siguiente manera: la República Popular China es el único competidor que tiene tanto la intención de remodelar el orden internacional, como cada vez más el poder económico diplomático militar y tecnológico. Para hacerlo Pekín tiene ambiciones de crear una esfera de influencia ampliada en el Indo Pacífico, y de convertirse en la potencia líder del mundo.

 

Por eso en la guerra de Ucrania, Estados Unidos tiene como objetivo debilitar a Rusia, su segundo rival geopolítico, políticamente, económicamente, y militarmente, hasta tal punto que puedan concentrarse en el enfrentamiento con China, su mayor adversario. Para alcanzar, su objetivo estratégico, Estados Unidos ha buscado una estrecha colaboración con Europa, en particular en el actual gobierno federal han encontrado, no solo un aliado dispuesto en nuestro canciller como muestra su visita el viernes a Washington. Está aparentemente también listo para asumir un papel de liderazgo en la guerra por poderes en Ucrania.

 

Sin embargo se debería considerar que los aliados europeos, al igual que en la guerra de Ucrania, también deberían ser involucrados en un futuro conflicto con China. Junto con Australia, Japón, Nueva Zelanda, y Corea del Sur, se supone que forman una red Indo Pacífica de socios y aliados contra China.

 

Se podría pensar que es un movimiento astuto de Estados Unidos, primero golpear a Rusia, el más débil de los dos rivales geopolíticos, en una guerra por poderes, por supuesto no directamente. Para luego dirigirse a China, el adversario más fuerte. Sin embargo, como el experto en estrategia estadounidense Harland Ullman, creo que Estados Unidos está cometiendo un gran error, al abrir una confrontación militar estratégica en dos frentes, contra China y Rusia. Harlan Ullman ha descrito como una bomba de tiempo. Por lo tanto la guerra en Ucrania es un punto de inflexión para Europa. Demuestra la determinación de seguir el camino hacia la autoafirmación geopolítica, tanto política, económica, tecnológica, como no menos importante militarmente. Mucho de lo que ha sucedido en los últimos dos años en relación con la guerra.

 

Ucrania se entiende al saber que Alemania juega un papel especialmente importante en el tablero geopolítico de los Estados Unidos. Y en particular, en su estrategia hacia Rusia. Para George Friedman un respetado científico y geopolítico estadounidense, está claro que Rusia y Alemania juntas representarían la única potencia que podría amenazar a los Estados Unidos. Por eso dice, América debe asegurarse de que esto no suceda.

 

El mayor temor de los Estados Unidos según Friedmann, es que el capital y las tecnologías alemanas se combinen con los recursos naturales y el potencial de producción ruso. Una combinación única que ha causado gran temor en los Estados Unidos durante un siglo, según Friedmann.

 

Tras el colapso de la Unión Soviética, y la disolución del Pacto de Varsovia, Rusia buscó acercarse a la OTAN, la idea principal era lograr una estrecha coordinación con la alianza respecto a los Estados anteriormente aliados en el Pacto de Varsovia y las ahora independientes ex repúblicas soviéticas, especialmente los Estados bálticos.

 

Lo que Rusia tenía en mente era resolver crisis y conflictos junto con la OTAN, y de esta manera evitar una confrontación directa entre la OTAN y Rusia. Con el tratado fundamental OTAN Rusia de 1997, y el Consejo OTAN Rusia, se crea una base común para ello. Se inició un período de estrecha coordinación política, y una colaboración militar muy cercana.

 

China sigue un curso moderado respecto a la guerra en Ucrania. China está convencida de que los riesgos globales han aumentado desde la guerra, y que los países occidentales son los principales responsables de ello. Y eso es porque han destruido el orden internacional existente.

 

China promueve la cooperación con Rusia, ambos quieren contribuir a la construcción de un mundo multipolar, lo que según palabras del ministro de Exteriores chino Wang Li, llevará al declive de la hegemonía estadounidense. La cuestión de Taiwán podría convertirse en el punto culminante de la rivalidad geopolítica entre Estados Unidos y China.

 

En la llamada la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, los Estados Unidos se comprometieron a suministrar armas a Taiwán, y a proporcionar otros tipos de apoyo necesario para la defensa. Sin embargo, el acuerdo es poco concreto en cuanto al tipo de asistencia. Hasta ahora todos los presidentes estadounidenses han mantenido el asunto en cierta ambigüedad.

 

Esta ambivalencia, esta ambivalencia estratégica, fue rota por el actual presidente estadounidense. Se ha desviado de ella. Ante la pregunta de si las fuerzas estadounidenses defenderían la isla en caso de un ataque chino a Taiwán, respondió que sí, si realmente ocurriera un ataque sin precedentes.

 

El presidente chino Xi Jimping declaró repetidamente que China está lista para lograr la unificación con Taiwán por medios pacíficos, a menos que no quede otro camino que el militar. Lo cito: insistimos en buscar la perspectiva de una reunificación pacífica con la mayor sinceridad, sin embargo no hay obligación de renunciar a la violencia, y la posibilidad de tomar todas las medidas necesarias permanece. La completa reunificación de la patria debe y puede lograrse con seguridad.

 

Estoy convencido de que Estados Unidos, ni está preparado, ni sería capaz de defender Taiwán. Esto se debe no solo a las grandes ventajas geoestratégicas de China, y al crecimiento enorme de la fuerza convencional del Ejército chino, incluida su gran superioridad en áreas estratégico tecnológicas, como los sistemas de armas y hipersónicas , sino también a que China ha alcanzado a las dos superpotencias nucleares, Estados Unidos y Rusia, en términos de estrategia nuclear.

 

El almirante estadounidense Charles Richard, quien en ese momento era el Comandante del Comando Estratégico de Estados Unidos, y por lo tanto responsable del despliegue de las fuerzas nucleares estadounidenses, dijo sobre la crisis de Ucrania, literalmente, en la que nos encontramos actualmente, no es solo un calentamiento, la gran crisis aún está por venir. Seremos probados de una manera que no hemos experimentado en mucho tiempo. Cuando evalúo el grado de nuestra disuasión frente a China, entonces nuestro barco está hundiéndose lentamente, pero se está hundiendo.

 

La guerra de Ucrania ha promovido la formación de bloques geopolíticos competidores. Mientras que los Estados Unidos, la Unión Europea, y la OTAN se unen más, alrededor de China y Rusia se ha formado un segundo bloque geopolítico. El núcleo de este bloque lo constituyen los llamados Estados BRICS, es decir Brasil, Rusia, India, China, y Sudáfrica, así como el Acuerdo de Cooperación de Shanghai. Este grupo incluye a China, India, Irán, Kazastan, Kirguistán, Pakistán, Rusia, Tayikistán, y Uzbekistán.

 

China colabora estrechamente con Arabia Saudita en el mercado global del petróleo y en el uso de la energía nuclear, y ha apoyado masivamente la adhesión de Arabia Saudita al grupo BRICS. Además, China está promoviendo la formación de monedas de reservas basadas en materias primas como competencia al llamado petrodólar, es decir al dólar, también con el objetivo de establecer una moneda líder mundial basada en el patrón oro.

 

Si se sabe que el poder estadounidense se basa principalmente en la influencia del dólar, entonces este es un camino inteligente para ganar la ventaja en esta rivalidad. Desde principios de este año, Arabia Saudita, un antiguo aliado muy cercano de los Estados Unidos, junto con Irán, los Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Egipto, y Etiopía, han sido admitidos como nuevos miembros en el grupo BRICS.

 

Esos son 3.8 mil millones de personas de la población mundial que se han unido aquí, en una alianza económica común, 3.8 mil millones. Y me gustaría añadir que actualmente 40 estados más han expresado interés en unirse. Entre ellos están Argelia, Indonesia, Pakistán, México, Nicaragua, Uruguay, Venezuela, e incluso dos estados de la OTAN, a saber, Grecia y Turquía.

 

El hecho de que en particular los estados sudamericanos muestren interés, duele especialmente. Los estadounidenses se esfuerzan mucho por ejemplo, en prevenir la adhesión de México, pero debido al desarrollo que acabo de describir, es aún más importante que los europeos fortalezcan su capacidad de afirmación, y se conviertan en un actor independiente en la política internacional.

 

Esto también incluye la capacidad de prevención y contención de conflictos. Las grandes potencias, han estado enfrentándose por zonas de influencia durante años, las potencias regionales llevan a cabo una guerra por poderes por la dominancia regional. Las minorías étnicas y religiosas luchan por la autodeterminación e independencia.

 

La sobrepoblación, las diferencias religiosas, así como la destrucción de los medios de vida naturales, a través de grandes catástrofes de sequía, forman el caldo de cultivo para grupos terroristas islamistas y fundamentalistas. Estas catástrofes ocurren en una zona que se extiende desde el Medio Oriente hasta África.

 

La guerra en Ucrania ha llevado a Europa a un cruce de caminos. Esta guerra no solo afecta la seguridad y la integridad territorial de Ucrania. También se trata de un orden de seguridad y paz europeo, en el que todos los estados del continente europeo tienen su lugar. Además, las dramáticas consecuencias económicas de esta guerra para Europa, y en particular para Alemania, se hacen cada vez más evidentes.

 

El punto de partida de una guerra, es siempre una cierta constelación política. No quiero entrar en detalles sobre la guerra en Ucrania esta noche, pero es importante entender que una guerra no surge simplemente así. Por ejemplo, Putin no decide una mañana durante el desayuno invadir Ucrania. Una guerra siempre es una larga historia previa, una guerra es una nueva constelación política.

 

La cuestión es por supuesto, cómo se ve esta constelación. ¿Debe permanecer permanentemente? Si ese es el caso, entonces debe ser una solución que se acuerde políticamente tanto con los oponentes, como con los partidarios. Por eso Clausewitz exige, y ninguna conferencia de un ex oficial estaría completa sin Clausewitz, que la política debe mantener la supremacía en una guerra, y continuar a pesar de las hostilidades.

 

Esto lleva a un enfoque dual, por un lado la necesidad de una capacidad de defensa asegurada para defender el propio país. Y por otro lado el esfuerzo por una paz negociada para poner fin a la guerra. Si la política y la diplomacia están desactivadas, como es el caso en esta guerra, entonces la guerra según la define Clausewitz es un acto de violencia sin límites. Cada uno establece las reglas para el otro, se produce una interacción que lleva al extremo, lo que hoy llamamos escalada. Exactamente eso es lo que hemos visto desde el principio.

 

La situación geoestratégica de Rusia y los Estados Unidos, los dos principales actores en esta guerra, no podría ser más opuesta. Protegidos por dos océanos, con un aliado en el norte y un estado amigo en el sur, los factores geoestratégicos de espacio y tiempo, no juegan ningún papel para los Estados Unidos, y no son atacables con medios convencionales. Los Estados Unidos son una potencia aérea y marítima.

 

En contraste, para Rusia, debido a su gran masa terrestre que está rodeada por muchos estados y regiones en crisis, el espacio y el tiempo son de importancia existencial. También por razones históricas, Rusia aspira a una seguridad militar, en un grado especial. Tengo la impresión de que Rusia no está dispuesta a dejar atrás su historia, ni puede escapar de su situación geoestratégica.

 

 El punto de inflexión estratégico en la relación entre los Estados Unidos y Rusia, fue el año 2002. Es decir, la terminación unilateral del Tratado ABM de 1972, sobre sistemas de defensa contra misiles balísticos, que era enormemente importante para el equilibrio estratégico nuclear entre estas dos superpotencias.

 

Al mismo tiempo se estaba construyendo un sistema de contra misiles en Europa, que Rusia tenía que entender como una amenaza al equilibrio nuclear estratégico con los Estados Unidos. En 2019, también se terminó unilateralmente el tratado INEF, sobre misiles nucleares de alcance intermedio, tan crucial para la seguridad de Europa.

 

En esencia, los Estados Unidos le dieron a Rusia la oportunidad de construir de manera legal y conforme a los tratados, una nueva amenaza nuclear euro estratégica contra Europa. Un año después, el tratado de cielos abiertos fue cancelado unilateralmente. Este tratado era muy importante, ya que permitía inspecciones mutuas, y aseguraba transparencia, así como previsibilidad en las acciones militares.

 

Sin embargo, en 2021 el acuerdo sobre sistemas de armas estratégicas intercontinentales, es decir el de armas ruso estadounidense conocido como el nuevo tratado START, fue extendido de mutuo acuerdo por cinco años. Incluso hubo negociaciones durante la guerra de Ucrania, hasta que Rusia las interrumpió, debido al masivo apoyo de Ucrania por parte de los Estados Unidos.

 

Un punto de inflexión en la política de seguridad, fue la cumbre de la OTAN en 2008 en Bucarest. Donde el presidente Bush intentó con gran presión, asegurar la membresía de Georgia y Ucrania en la OTAN. Cuando esto falló, como es habitual para salvar las apariencias, se incluyó una vaga perspectiva de adhesión en el comunicado.

 

El actual director de la CIA, William Burns, en ese entonces embajador estadounidense en Moscú, había advertido previamente al gobierno estadounidense. En un telegrama, escribió sobre las graves consecuencias estratégicas, enfatizó que estas no pueden ser sobreestimadas, y que crearían un terreno fértil para una intervención rusa en Crimea y en el este de Ucrania. No hay duda de que Putin responderá con dureza. Hoy es director de la CIA.

 

Sin embargo, el verdadero punto de inflexión fue el golpe de Estado orquestado por Estados Unidos en febrero de 2014, en Kiev. Esto desencadenó la guerra civil en el Dombás, y la negación de los derechos de las minorías a la población de habla rusa. Como saben, esto se acordó en el acuerdo de Minsk 2, que fue organizado por la señora Merkel y el presidente francés.

 

Después de esto, Ucrania debería haber realizado una enmienda constitucional para finales de 2015, que otorgaría los mismos derechos a la minoría rusa que a los ciudadanos de habla ucraniana. En Estados Unidos, no son pocos los que están convencidos de que la guerra podría haberse evitado. Esto habría sido posible si se hubiera hablado seriamente sobre la membresía de Ucrania en la OTAN, y sobre una mayor autonomía para la población de habla rusa de Donbass, dentro del Estado ucraniano.

 

La guerra también podría haber terminado después de seis semanas. En las negociaciones de Estambul a finales de marzo 2022, Ucrania y Rusia llegaron a un resultado aceptable para ambas partes. Esencialmente, Ucrania renunciaría a la membresía de la OTAN, y adoptaría un status neutral, a cambio, las tropas rusas regresarían a la posición anterior a la guerra. Este acuerdo no fue firmado por Ucrania bajo la presión de Occidente.

 

Al comienzo del tercer año de guerra, en el que nos encontramos ahora, es evidente que el destino de Ucrania se decidirá este año, probablemente más temprano que tarde. El futuro del país está en manos de Occidente. Ucrania necesita dinero, equipo militar, armas y munición, pero sobre todo faltan soldados. Dependemos literalmente, dijo Zelenski, del apoyo financiero, de lo contrario perderemos.

 

Casi la mitad del presupuesto estatal ucraniano, es financiado por Occidente, cualquier retraso o reducción en el flujo de fondos, podría desencadenar la insolvencia estatal. Aunque Ucrania ha contribuido y sigue contribuyendo significativamente a sus problemas financieros, a través de una corrupción omnipresente.

 

Mientras dure la guerra, Ucrania depende del amplio apoyo militar de Occidente, pero incluso muchos años después la reconstrucción y la recuperación económica del país, requieren un gran compromiso a largo plazo, especialmente de los europeos. El canciller federal, ya se ha puesto al frente de los países que deberían permitir a Ucrania continuar la guerra, tanto tiempo como lo considere necesario.

 

Y ha llamado a los Estados europeos a un mayor compromiso. El canciller federal aparentemente ha jugado un papel crucial para que todos los estados de la UE, incluyendo Hungría, hayan aprobado el paquete de financiación europeo. Sin embargo, se supone que este paquete distribuirá más de 50.000 millones de euros entre los años 2024 y 2027.

 

En comparación con el paquete de apoyo estadounidense de 60.000 millones de euros, no es mucho. No cubre ni la necesidad financiera de Ucrania para mantener las funciones gubernamentales, ni la necesidad de apoyo militar. Sin embargo, se crea la impresión de que los europeos podrían tener que reemplazar completamente a los Estados Unidos, si estos dejan de ser el principal soporte.

 

Esto podría suceder si el Congreso se niega a liberar más. O si el apoyo se detiene, no solo financieramente, sino por completo después de un cambio de gobierno. Debido a las dificultades para implementar el paquete de apoyo actual, que por cierto ha sido aprobado hoy por el Senado, hay cierta esperanza en los Estados Unidos de que también pasen el Congreso esta semana.

 

Sin embargo, no estoy del todo seguro, ya que muchos en los Estados Unidos son escépticos. Ya se están discutiendo soluciones alternativas. Por ejemplo, Japón y Corea del Sur, que no envían armas a zonas de guerra, podrían entregar armas a los Estados Unidos, para su posterior envío Ucrania. Otra opción sería que los europeos pagaran armas estadounidenses destinadas a Ucrania. La coordinación previa del apoyo por parte de los Estados Unidos en el llamado formato Ramstein aquí en Alemania, en el futuro será asumida por la OTAN.

 

Si tomas estos tres factores juntos, te darás cuenta de que la europeización de esta guerra ha avanzado significativamente. Sin embargo, Estados Unidos no solo proporciona dinero y armas, también hacen una contribución significativa en la formación de soldados ucranianos. Entregan datos de inteligencia y objetivos a las Fuerzas Armadas ucranianas de manera oportuna, y juegan un papel decisivo en la planificación de operaciones. Estos servicios, por cierto con un cuartel general para Ucrania establecido en Wiesbaden, están ubicados en Alemania.

 

Los Estados europeos, no podrían proporcionar los servicios mencionados. Especialmente la entrega de datos de inteligencia y objetivos. El riesgo de que Donald Trump, tras una elección presidencial, inicie un cambio radical de política, es alto. Lo conocemos de su tiempo como presidente, por lo tanto es comprensible que los políticos europeos que piensan exclusivamente en escenarios de guerra, vean los primeros éxitos de Trump en las primarias con horror.

 

Por otro lado, la disposición para continuar la guerra, y comprometerse financieramente sin cambios, mediante el suministro de armas, o incluso como un político de la CDU exigió hace unos días, expandir las acciones directamente sobre Rusia, sigue siendo inquebrantable. Anteriormente dijo que estamos llevando a cabo la guerra, porque nos preocupan las milicias en el Dombás, que según mi conocimiento no son tan abrumadoras. Sin embargo, es una razón.

 

Otros, incluidos alemanes cuyos nombres normalmente no se mencionan, han librado guerras por razones similares. Es una ilusión afirmar que actualmente ningún bando tiene ventaja militar. No describiría la situación actual como un pacto, las fuerzas ucranianas tras la ofensiva fallida, que fue ampliamente celebrada en Alemania y otros estados, han perdido en gran medida la capacidad de llevar a cabo una guerra ofensiva terrestre.

 

Lo que están haciendo ahora, es evadir y demostrar mediante ataques en territorio ruso, que todavía son capaces de actuar militarmente. Esto incluye también ataques contra la población civil, por ejemplo, un evento en Belgorod, donde 25 personas fueron asesinadas, incluidos cinco niños. En octubre los ucranianos atacaron la ciudad de Donetsk, con municiones de racimo estadounidenses.

 

Por ejemplo, también se incendió la Universidad, esto constituye un crimen de guerra según el derecho internacional humanitario, incluso cuando está dirigido contra la propia población. No se deben cometer crímenes de guerra contra la propia población, las fuerzas rusas han tomado la iniciativa desde principios de octubre. Sin embargo, no han lanzado una ofensiva a gran escala como las fuerzas ucranianas.

 

En su lugar, se centran en puntos de ataque locales, con el objetivo de consolidar sus conquistas anteriores y evitar mayores pérdidas. Los actuales puntos focales rusos están en Avdika, donde ya están presentes en los suburbios. La captura completa de Avdika abriría el camino para la consolidación de la región oriental de Dombás. En la zona de Kuchnan los rusos han reunido más de 40.000 tropas, que aparentemente tienen como objetivo conquistar la región de Jarkov. Probablemente, los rusos también tomarán Odessa.

 

La crítica situación de Ucrania ha llevado a los Estados Unidos a desarrollar una nueva estrategia. Las fuerzas ucranianas deberían por el momento adoptar una defensa estratégica, similar a la de los rusos el año pasado. El objetivo es mantener el territorio que aún está bajo su control, desde posiciones defensivas bien fortificadas, y sobre todo reducir las altas perdidas de personal.

 

Con ello se pretende crear las condiciones para un fortalecimiento a largo plazo, y una mayor resistencia de las Fuerzas Armadas ucranianas, así como para la economía. Lo llaman la estrategia de cuatro fases, luchar, construir, recuperarse, y reformar.

 

Actualmente están intentando acercar esta estrategia al presidente Zelenski, y sobre todo convencerlo de que en 10 años las Fuerzas Armadas ucranianas tendrán una gran capacidad de combate, y un alto factor de disuasión. Ya para finales de este año, la capacidad de combate de las Fuerzas Armadas ucranianas debería ser significativamente mayor que hoy.

 

Sin embargo esto significa que el presidente ucraniano tendría que renunciar a su objetivo de recuperar todos los territorios ocupados por Rusia, incluida Crimea, porque el frente debe estabilizarse donde se encuentra ahora. Esta estrategia que se extiende por 10 años, prevé que los aliados europeos asuman compromisos específicos de apoyo militar y económico.

 

Estos compromisos deben establecerse en Documentos Nacionales vinculantes, y acordarse en un tratado bilateral con Ucrania. El compromiso de 10 años sirve como protección contra el fin del apoyo a Ucrania anunciado por Trump. También debe evitar que un cambio de gobierno en un estado europeo, lleve a un cambio de curso.

 

Gran Bretaña ya ha firmado un contrato correspondiente con el gobierno ucraniano. El gobierno federal también está dispuesto a asumir este compromiso de apoyo y asistencia de 10 años. Si todos los estados de la OTAN siguen este ejemplo, podría equivaler a una membresía de la OTAN por la puerta trasera, al menos en lo que respecta a la defensa colectiva según el artículo 5 del Tratado de la OTAN.

 

Por lo tanto los Estados Unidos está considerando crear un mecanismo con Ucrania que se asemeje al artículo 4 del Tratado de la OTAN. Este artículo estipula que los Estados miembros se consulten entre sí, cuando la integridad territorial, la independencia política, o la seguridad de un miembro estén amenazadas.

 

En este contexto, la ruptura entre Zelenski y el comandante en jefe militar, el general Salushni, es de particular importancia. Lo que llevó al despido de Salushni el jueves pasado. Recientemente se trataba de la responsabilidad de movilizar a 500.000 soldados, para compensar las altas pérdidas de personal. La cuestión era si el ejército, es decir salushi, o la política, deberían asumir esta responsabilidad. Ni Salushni ni Zelensky querían asumir esta responsabilidad.

 

Sin embargo, lo decisivo fueron las diferencias fundamentales sobre la dirección de las operaciones, la alcanzabilidad de los objetivos políticos en esta guerra, y la presentación pública de los éxitos conseguidos. Cuando Salushni anunció públicamente a principios de noviembre del año pasado, que la ofensiva había sido un fracaso, se puso en abierta contradicción con su presidente.

 

Este presentó la situación de manera excesivamente positiva, y por supuesto, recibió la mayor atención y confirmación por parte de los políticos occidentales, y los medios de comunicación. El despido de Salushni ocurrió en una fase extremadamente crítica. Pronto se demostrará que la decisión de Zelensky fue un gran error. Por cierto, sus sucesores de etnia rusia, esto muestra lo estrechamente que estos dos pueblos están entrelazados.

 

Tras el fracaso de esta ofensiva, el temor crece en Europa. Se teme que el objetivo estratégico de Rusia sea la conquista de toda Ucrania. Después el objetivo podría ser atacar el Báltico o Polonia, e iniciar una guerra con la OTAN. Si han leído el Walton Soundtack, sabrán que esto se describió muy detalladamente.

 

En los medios alemanes, desde hace algún tiempo se sostiene la tesis de que el ataque a Ucrania es parte de una estrategia imperial a largo plazo. El objetivo sería recuperar la esfera de influencia de la Unión Soviética. Desde que la situación militar se inclina claramente a favor de Rusia, los llamados expertos militares, difunden casi histéricamente, el miedo a la guerra.

 

Si esto ocurre por ignorancia, sesgo ideológico, o pura tensión, no lo se. Quizás se trate también del esfuerzo por justificar la mejora de la capacidad defensiva de la Bundeswehr. Esto no es claramente reconocible. Obviamente, sobre todo aquellos que hace algún tiempo pronosticaban la victoria militar o el beneficio de guerra de Ucrania, quieren movilizar sin reservas el apoyo continuo a Ucrania.

 

Afirman que una derrota de Ucrania, no satisfaría el apetito de poder de Rusia. Y por lo tanto no dudaría en atacar a los estados de la OTAN. Alemania y Europa se enfrentarían entonces, a una década de confrontación por parte de Rusia. Es notable que los políticos justifiquen la demanda de un aumento significativo en el gasto de defensa, con la suposición de un supuesto ataque de guerra ruso inminente.

 

Durante más de una década, los políticos alemanes han tolerado la violación constitucional que surgió en 2011, con la llamada reorientación de la Bundeswehr. Para decirlo claramente, no necesitamos una peligrosa historia de guerra para justificar que la Bundeswehr debe ser capaz de una Defensa Nacional y federal. Es completamente suficiente cumplir finalmente con el mandato constitucional.

 

Por lo tanto la pregunta sigue siendo si hay pruebas convincentes de que Rusia no solo será capaz de atacar a la OTAN en unos pocos años. Sino que también se está preparando para ello, porque Rusia tiene la intención de hacerlo. Putin rechazó la acusación de que se había propuesto restaurar el Imperio Ruso, y dijo textualmente: nadie quiere creernos, nadie quiere creer que no estamos tratando de traer de vuelta a la Unión Soviética.

 

Añadió, quien no extraña a la Unión Soviética, no tiene corazón, quien la quiere de vuelta, no tiene cerebro. En la última conferencia de Valday en octubre del año pasado Putin declaró. Cito esto solo para mostrar que no hay declaraciones claras de Rusia como se nos hace creer. Dijo la crisis en Ucrania no es un conflicto por territorio, quiero enfatizar eso. Rusia es el país más grande del mundo, no tenemos interés en reconquistar más territorios.

 

Siempre se cuenta solo un lado de la historia. Hegel dijo, el todo es la verdad, y la mitad es la mentira. Hace mucho que no escucho el todo. Cómo es en la práctica ¿existe realmente una base para un ataque a los estados de la OTAN, o para la conquista de todo Ucrania? Porque esa sería la condición.

 

En su ataque a Ucrania en febrero de 2022, Rusia desplegó unos 190.000 soldados, contra una fuerza ucraniana más del doble de fuerte. Esta había sido excelentemente entrenada, y equipada por Occidente. Debió haber sido claro, para el liderazgo ruso, qué con esto, la conquista de todo Ucrania era imposible. Aunque siempre son presentados por Occidente como incapaces, ellos entienden las operaciones básicas de matemáticas. Con 190.000 hombres no se puede suponer que Rusia tuviera la intención de conquistar todo Ucrania. Eso simplemente está descartado.

 

Además, una ocupación rusa de este gran país, requeriría un enorme esfuerzo en términos de tropas de ocupación. Para comparar, en la pequeña RDA, estaban estacionados 13.000 soldados rusos, ¿cuántos tendrían que ser en la enorme Ucrania? Otro punto, es que el objetivo ruso siempre ha sido tener un amortiguador entre Rusia y la OTAN. Este amortiguador desaparecería, si toda Ucrania estuviera ocupada.

 

Eso significaría que soldados de la OTAN y soldados rusos, estarían directamente enfrentados. El riesgo de que un enfrentamiento comience por un fallo humano, o técnico, que políticamente luego no se pueda controlar, sería grande. Y hemos visto en toda la guerra de Ucrania, que tanto Rusia como los Estados Unidos, siempre se esforzaron por evitar un enfrentamiento directo. Entonces, eso no fue posible en ese momento. En Occidente, esto se celebró como una gran vergüenza para los rusos, porque no fueron capaces de imponerse, esa es otra historia.

 

Pero hay algo más que quiero mencionar rápidamente. En el curso de las negociaciones de paz de Estambul a finales de marzo de 2022, Rusia, debido al curso positivo para ambas partes, y como señal de buena voluntad, retiró sus tropas de los territorios conquistados alrededor de Kiev, y aseguró contractualmente la retirada completa al estado anterior al inicio del ataque. Es decir, al 23 de febrero de 2022.

 

Por lo tanto, asumo que el ataque a Ucrania no es parte de un plan imperial para reconquistar los antiguos territorios de influencia soviética, o incluso de toda Europa. Por supuesto, los objetivos de guerra pueden cambiar en el curso de una guerra. Las especulaciones sobre las intenciones de ataque rusas podrían determinarse muy fácilmente, al acordar un alto al fuego seguido de negociaciones de paz.

 

Además, como resultado de las negociaciones, también podrían surgir regulaciones, que impidan que el territorio ucraniano sea utilizado por Rusia, como área de despliegue para un ataque a Europa Central. Además, se podrían cerrar acuerdos con Rusia, que aumentarían principalmente la seguridad de los Estados bálticos.

 

También podrían contribuir en general, a una mayor estabilidad entre la OTAN y Rusia. Estoy pensando por ejemplo, en un tratado CFE actualizado. Este incluiría la limitación de las fuerzas convencionales, con un nuevo acuerdo de flanco. Igualmente importantes serían las medidas militares de fomento de la confianza, estas medidas contribuirían a una mayor transparencia y previsibilidad de las acciones político militares.

 

Aparentemente, lo más importante para Moscú es evitar la expansión de la OTAN, a través de la membresía de Ucrania hasta la frontera rusa. Rusia ha perseguido el objetivo desde los años 90, de crear una zona de amortiguamiento estratégico hacia la OTAN, un llamado cordón sanitario. Esta idea ha sido retomada recientemente, en forma de una zona desmilitarizada en territorio ucraniano. Ultimamente sin embargo, las operaciones rusas también muestran que Rusia está tomando precauciones. Estas están destinadas a reducir el riesgo de que las tropas occidentales intervengan en la guerra, para evitar una derrota total de Ucrania.

 

En Alemania, se suprime o niega el hecho de qué a finales de marzo de 2022, se logró un acuerdo firmado por ambas partes en Estambul. Esto sucede, aunque ni siquiera el gobierno ucraniano lo niega, participantes ucranianos en las negociaciones lo han confirmado, públicamente en varias ocasiones.

 

Las razones para esto son evidentes. Un examen más detallado del contenido del acuerdo, mostraría que Ucrania había logrado un resultado muy bueno. Un resultado que habría terminado la guerra en seis semanas, en condiciones bastante aceptables para Ucrania. Cualquier persona razonable se preguntaría entonces, por qué Zelenski no estaba dispuesto a firmar para evitar la muerte de medio millón de ucranianos y la destrucción del país. Después de haber hablado positivamente sobre las negociaciones, incluso en medios rusos durante las negociaciones.

 

Y cualquier persona razonable también seguiría preguntándose por qué él y los Estados occidentales que lo apoyan principalmente, todavía no están dispuestos a darle una oportunidad a la paz. Los políticos que impidieron la paz entre Rusia y Ucrania a principios de abril, estaban claramente convencidos de que Rusia podría ser derrotada con su apoyo por Ucrania.

 

Que esto era una ficción, debería haberse vuelto claro, para todos, ahora. Los ucranianos han logrado lo que sus fuerzas armadas pudieron con el apoyo occidental. Por lo tanto, Occidente no debería seguir cargando con la culpa del trágico destino del pueblo ucraniano. Incluso la entrega de los llamados cambiadores de juego, que han sido solicitados una y otra vez por los laicos, ya sean tanques u otra cosa, no son las armas milagrosas esperadas. Además, otros ya han esperado armas milagrosas. De todos modos, no son capaces de cambiar la situación estratégica a favor de Ucrania.

 

Las fuerzas armadas ucranianas están en un estado altamente crítico. Tampoco tienen la fuerza para lograr un cambio estratégico. La amarga verdad es qué a pesar del masivo apoyo de los Estados Unidos y Europa con armas modernas, se perfila una derrota militar de Ucrania. Sin embargo, nuestros medios dicen que se deben entregar más armas, pero las armas no pueden reemplazar a los soldados.

 

Por lo tanto, parece que Ucrania ahora quiere, como ya he mencionado, trasladar la guerra a otro nivel. Es decir, influir profundamente en Bruselas con sistemas de armas. Creo que la ventana de oportunidad para una paz negociada, podría cerrarse rápidamente. Si Occidente no se esfuerza seriamente por una paz negociada, el destino de Ucrania se decidirá en el campo de batalla. Y cuando las armas callen, Ucrania ya no será lo que una vez fue.

 

El Occidente podría verse incluso obligado, y esa es mi gran preocupación, a evitar una devastadora derrota militar de Ucrania, mediante su intervención activa. Esto crearía un peligro real de que estalle una gran guerra europea en el continente europeo. Incluso con el riesgo de una guerra nuclear limitada. Aunque ambas superpotencias, Rusia y los Estados Unidos, se han esforzado mucho por evitar precisamente esto, queda la esperanza de que aún sea posible prevenir una expansión de la guerra a toda Europa.

 

Sino, ahora vuelvo a Alejandro Magno, por la vivacidad del espíritu de un líder político. Entonces, quizás aún, porque la razón prevalezca. En este momento no se me ocurre nadie ¿se le ocurre a usted a alguien que se pueda decir que tiene vivacidad del espíritu? No entiendo por qué no se consulta a las personas en el gobierno. Si estoy vivo, pero no del espíritu.

 

Así que, el último punto que quiero hacer, y realmente quiero que lo tomen en serio, es el siguiente. Los historiadores se han preguntado, una y otra vez, cómo fue posible que las potencias europeas tropezaran en la Primera Guerra Mundial, la catástrofe original del siglo XX. Esperemos que los historiadores del futuro no tengan que preguntarse cómo la guerra de Ucrania, pudo convertirse en la catástrofe original del siglo XXI. Les agradezco su paciencia.-